Hacer la falla

El elemento principal de la fiesta es la falla que, una vez encendida, el fallaire hace girar vertiginosamente para crear grandes círculos de fuego.

Los materiales de las que están hechas han evolucionado a lo largo del tiempo.

La falla tradicional

Las fallas andorranas, tal como las hacían nuestros abuelos, consisten en un tronco alto y delgado de boj en el que se insertan pliegos de corteza de abedul.

El palo de boj podía ser sustituido por una rama del mismo abedul o por alambre, si se disponía.

La Falla Tradicional

Sapar

Para extraer la corteza del abedul, hay que sapar o pelar los abedules. Este procedimiento consiste en hacer un corte vertical, no muy profundo, y separar la corteza del tronco con la mano.

Entre mayo y junio, justo cuando el árbol comienza a producir la savia, es la época ideal para pelar un abedul. El momento exacto dependerá de la cota.

Sapant beços

La evolución de los materiales

Aunque se mantiene el uso de la falla tradicional de corteza de abedul en momentos muy concretos dentro de la celebración, el crecimiento de las comunidades fallaires ha impulsado la búsqueda y el uso de materiales más sostenibles.

De Ambert a Capellades

En 1994, unos fallaires visitaron el Musée Historique de Papier – Moulin Richard de Bas, en la población francesa de Ambert. Allí descubrieron que el papel de pasta de pino tenía las condiciones de combustión adecuadas para hacer quemar una falla.

Actualmente, todos los colectivos fallaires le encargan este material al Museu Molí Paperer de Capellades, municipio catalán.

La falla actual

Las láminas de papel de pasta de pino se insertan en una cadena y se envuelven dentro de una malla de gallinero.

Cuando se encienden las fallas comienza la fiesta.